martes, 4 de enero de 2011

LA VERDADERA ALABANZA

Juan 4:23 Dios busca adoradores que lo adoren en espíritu y verdad, es un versículo que si bien todos conocemos pocos reflexionamos al respecto, ¿Alabaré al Señor en espíritu y verdad, realmente? ¿Seré yo ese adorador que Dios busca?


Para descubrirlo primero tenemos que definir lo que es la alabanza y la adoración. Según el diccionario la palabra alabar quiere decir: llenar con elogios a algo o alguien, y/o celebrar con palabras. La palabra adorar quiere decir: Reverenciar y honrar a Dios, y/o gustar o querer algo o alguien extremadamente. Estas definiciones responden solamente al carácter humano, es decir como los hombres ven este acto.

Pero ¿qué es para Dios alabar y adorar? Para entenderlo primero debemos desechar algunas cosas que creemos que es la alabanza y erramos al pensarlo así.


La alabanza no es moda. Salmos 75:9 en esta fracción el salmista nos hace entender que la alabanza no es algo que tenga caducidad, tal vez puedan cambiar los ritmos o las melodías, pero la alabanza a nuestro Dios siempre será. Salmos 79:13, solo para confirmar que la alabanza a Dios no es moda.


No es para nosotros o nuestra. Ciertamente son palabras que nuestro corazón expresa a Dios pero que no nos pertenecen pues si tenemos en cuenta que dice la palabra de Dios que Él es el mismo de ayer de hoy y por los siglos, muchas personas antes que nosotros ya expresaron las mismas por lo tanto tenemos que entender que la alabanza es de Dios, solo para Él 1 Crónicas 29:10-11, por lo que David nos confirma esto que de Dios es la alabanza.


La alabanza no depende de los sentimientos. La alabanza es un acto cotidiano de fe, no responde a lo que sentimos sino porque confiamos en el poder de Dios y de su palabra en nuestra vida, pero muchas veces condicionamos la alabanza a Dios, en que si estoy deprimido la palabra de Dios dice “El gozo del Señor es mi fortaleza, entonces me gozaré en la alabanza para sentirme mejor” y esto es un terrible error, puesto que si confiamos plenamente en esta palabra no tenemos que esperarnos a llegar a la alabanza para que Dios nos reconforte sino mas bien en el momento en que surge la adversidad activar por medio de la fe esta promesa de Dios en la vida, la alabanza más bien tiene que estar en nuestros labios en la felicidad, tristeza, aflicción, depresión, etc. en cualquier momento no de acuerdo a como nos sentimos Salmos 42:5, salmos 150:6


Con esto entonces entendemos que Dios no nos pide que le alabemos, Dios nos ORDENA que lo alabemos, pero no de un modo egocéntrico, o egoísta y mucho menos dándonos a entender que a Dios le guste la adulación. No es que Dios necesite la alabanza, sino que Él sabe que sus HIJOS NECESITAMOS ALABARLO, la alabanza no beneficia a Dios, sino que es para el bien de sus hijos pues es en la alabanza en donde entramos en comunión con la presencia de Dios y en donde encontramos la realización y la felicidad. Salmos 103:20-22.


Pero que sucede cuando como hijos o pueblo de Dios, tomamos malos hábitos como, llegar tarde a nuestras reuniones, llegando a la mitad del tiempo de alabanza o cuando no nos concentramos en la presencia de Dios que ciertamente está en la alabanza pues El lo prometió y todo lo que promete cumple. Malaquías 1:6-14.


Para puntualizar; siempre nos hemos jactado de que la palabra de Dios nos dice que nos ha llamado para ser real sacerdocio, y esto es a cada uno de los que hemos aceptado a Jesús como salvador cada uno es ahora sacerdote del Dios altísimo entonces no podemos decir que lo que Dios a través de Malaquías nos reclama no es para nosotros o no aplica para nosotros y solamente para los ministros o la gente que ministra la alabanza si ciertamente es una palabra para ellos principalmente pero también es para todo el pueblo de Dios o todo aquel que se jacte de serlo, y si bien es cierto que ahora no ofrecemos sacrificios como los que en ese entonces se ofrecían como chivos, becerros, etc., etc., si somos nosotros ese sacrificio vivo de alabanza a Dios, pero ¿cómo podemos darnos cuenta que estamos ofreciendo lo ciego, lo cojo, lo inmundo a Él?


Es muy simple, si es cierto que Dios conoce lo que tenemos en nuestro corazón y de eso se agrada, pero también es muy cierto que muchas veces estas palabras vienen a nuestro pensamiento en los momentos más adecuados como justificación pero debemos tener en cuenta que esta palabra también puede ser utilizada en nuestra contra como dicen comúnmente los policías cuando arrestan a alguien, pues si Dios conoce los sentimientos y las intenciones de nuestro corazón gracias a su carácter Omnisciente, entonces El sabe que mientras ofrecemos nuestra alabanza estamos preocupados por que dejamos los frijoles en la lumbre, porque dejamos algo pendiente en el trabajo, por el color de nuestras uñas, por lo mal que lo hacen los músicos, porque esa canción no me gusta, etc. en todo menos en disfrutar su exquisita presencia que misericordiosamente se digna a visitarnos porque lo prometió y ya no puede fallar.

Y centrándonos en el versículo 13 de esta lectura, esto también es algo que Dios nos demanda enseñarles a nuestros hijos de la importancia de la alabanza y la ADORACION, porque muchos niños se gozan en los cantos de celebración y exaltación pero permanecen sentados y expectantes en la adoración, y caen en esto que dice el verso 13.


Y a pesar de cuan fuerte puede ser darnos cuenta que tal vez no estamos bien delante de los ojos de Dios, El es tan misericordioso para con nosotros que nos promete otra cosa 2 Crónicas 7:14 Dios quiere sanar la tierra en nuestro corazón, pero nos demanda solo una cosa humillarnos delante de su presencia y convertirnos de nuestros malos caminos.